Saludos, caminantes. Ayer fue un día muy especial para mí, y por tanto creo que se merece una entrada igualmente especial.
La cosa comenzó cuando el tren me dejó en Murcia, donde me esperaban los que serían mis guías por la ciudad: Víctor Morata, José Luís Cantos (compañero en la antología que íbamos a presentar) y la pareja de éste último, Cecilia. Esta primera toma de contacto con amigos a los que tenía tantas ganas de conocer fue especial. Hubo feeling al instante, como si nos conociéramos en persona desde siempre. El caso de Víctor era especial porque nos conocíamos desde hacía muchos años, y por fin había surgido la ocasión de conocernos.
Próxima parada, Nostromo, la tienda de rol y cómics donde íbamos a presentar. Poco después, llegó Salvador, el representante de la Marca del Este que conduciría la charla. Para hacer un poco de tiempo, nos tomamos algo en un bar cercano. De vuelta a la tienda, comienza lo bueno. Pero mejor narrarlo con unas imágenes...
Planeando malicias antes de comenzar...
Salvador comenzó preguntándonos por nuestros antecedentes como escritores, hablamos también sobre nuestra opinión acerca del mundo del rol, sobre lo que significa para un escritor trabajar basándose en un entorno creado por otras personas (en referencia al juego Aventuras en la Marca del Este), y de cómo lo hicimos.
Dándole al pico...
Fue una charla muy amena, que transcurrió con una naturalidad pasmosa que hizo que todo saliera rodado. Tanto José Luís como yo contestamos a Salvador, dando nuestros diferentes puntos de vista. Hablamos también del futuro, cuando nos preguntó si teníamos pensado dar continuidad a los personajes que habíamos creado para nuestros relatos sobre la Marca del Este. Ambos respondimos que sí.
Al fin dejé que José Luís hablara un poco...
También hubo tiempo para opinar sobre nuestros compañeros de antología no presentes. Destacamos el buen trabajo de Rubén Serrano como compilador, ya que había aunado autores de distintos estilos, que han creado relatos con diferentes modos de tratar la fantasía. A los roleros les gustó mucho saber que algunos relatos habían sido creados "a golpe de dados", nacidos directamente de una partida de rol.
...pero no durante mucho tiempo...
Por supuesto, también hubo tiempo para que José Luís y yo nos hiciéramos la pelota. Por mi parte destaqué especialmente uno de los puntos fuertes del relato de José Luís: sus personajes carismáticos. Él hizo hincapié en que mi relato, además de aventuras, también contenía una gran dosis de emoción.
Mi primera firma
Y sin darnos cuenta, llegó el momento de las firmas. La primera fue para Víctor Morata, y como veis me esmeré. Al pobre José Luís le dejé sin casi espacio para su dedicatoria.
Los dos, dale que te pego...
¿Sensaciones? Magníficas. Me sentí a gusto en todo momento, y mis temores de quedarme en blanco o atrancarme al hablar se desvanecieron tras la primera frase. Más que una presentación, tuve la impresión de que estaba en una charla entre amigos. Muy entretenido. Una experiencia maravillosa y de la que salí muy satisfecho.
No pude estar callado ni durante las firmas...
Y luego, por supuesto, tocaba irse de cañas y a comer. Víctor, José Luís, Cecilia y yo pasamos unas horas en tertulia, charlando de un millón de cosas, incluso haciendo un poco de turismo por las calles de Murcia (que merecerían un poco de más de tiempo para visitar). Cuando llegó la hora de volver a Valencia, me fui con la satisfacción de haber pasado una jornada inolvidable junto a muy buenos amigos. Y con unas ganas terribles de repetir la experiencia.
Los tres mosqueteros: José Luís, Víctor y quien esto escribe...
Para finalizar, me gustaría dar las gracias a la gente que vino a ver nuestra presentación y que compraron en libro, a los chicos de Nostromo por ofrecernos su local, a Salvador por sacrificar un poco de su mañana por nosotros. Pero por encima de todos debo agradecérselo a José Luís, Víctor y Cecilia, que lograron que me sintiera como entre amigos de toda la vida, y convertir el día en un recuerdo imborrable en mi mente. ¡Gracias a todos!