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Alcander, de Luisa Fernández

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sábado, 14 de enero de 2012

Reseña "Okela. Espartanos en Cantabria", de Pedro Santamaría

Uno sabe cuándo una novela le gusta de verdad en el momento que, tras empezar su lectura, sin darse cuenta ha llegado a la página 100 sin despegar los ojos ni una vez del libro. Eso es exactamente lo que me ha pasado cuando empecé a leer Okela. Espartanos en Cantabria, la primera novela de Pedro Santamaría, publicada por Ediciones Pàmies.

Cabe comentar, antes de iniciar la crítica en sí, que estamos ante una novela de ambientación claramente histórica, pero que hace referencia más a un mito que a algo demostrado por los historiadores. La trama nace de una cita del autor griego Estrabón, en su obra Geográfica, en la que hacía un recorrido por el mundo conocido por los helenos (y que contenía un capítulo especial dedicado a nuestra península, Iberia). La escueta frase comenta que “parte de Cantabria fue sojuzgada por los espartanos. Aquí también está Okellas, ciudad que se dice fue fundada por Okela...” En base a esta referencia, históricamente no probada por falta de datos, Santamaría ha creado una historia apasionante a medio camino entre el mito y la historia rigurosa. Esta se aprecia especialmente en la descripción del modo de vida espartano, su sociedad, sus costumbres, así como los pueblos y culturas que se presentan durante el periplo recorrido por el protagonista. Ahora bien, ¿existió tal viaje prodigioso? No hay pruebas de ello.

Pero vamos con el argumento en sí. Okela es uno de los guerreros espartanos más prestigiosos, perteneciente a la guardia real del mismísimo Leónidas (sí, el de 300). Su vida está volcada por completo a la defensa de su patria, Esparta, y al amor de su esposa. Pero corren malos tiempos para las tierras griegas. Jerjes, autodenominado Rey de Reyes, avanza con su interminable ejército persa sobre la Hélade. El propio Okela es enviado a espiar las fuerzas invasoras, y cuando vuelve a su país, no puede hacerlo de otro modo que con la peor de las noticias: El Imperio Persa es invencible.
El Oráculo de Delfos envía entonces un mensaje: Esparta está perdida, y si la estirpe quiere sobrevivir, deberán buscar las fuentes del Nilo de Occidente para fundar allá una nueva patria. Será Okela el elegido para liderar la expedición con trescientos hombres, su propia guardia real, ya que él deberá ser el rey de la nueva Esparta. Okela tendrá así que renunciar a todo: su esposa, su hijo, y la oportunidad de una gloriosa muerte junto a Leónidas.

Como se puede intuir por la sinopsis, estamos ante una novela con claro aroma épico. De hecho, hay escenas que recuerdan poderosamente al cómic y película 300. Pero la novela tiene personalidad propia. Santamaría imprime el ritmo adecuado para que la grandiosidad no suene manida y se adentre en el lector. Su narración es clara y te atrapa desde el primer momento, con frases gancho y descripciones agradables. Los fallos menores de estilo (tales como repeticiones de palabras) quedan sumergidos gracias a una prosa atrayente y a una construcción adecuada de la historia. Descubre al lector sensaciones como la encrucijada emocional de Okela, quien se ve dividido entre las exigencias de los vaticinios del Oráculo y el destino que desde niño le han enseñado a desear: la muerte en combate junto a su rey; o la separación con su mujer, a sabiendas de que con toda probabilidad ella morirá junto al resto de Esparta. Batallas grandiosas y momentos íntimos se suceden, mezclando épica, aventura y drama.

En cuestión de personajes, el protagonismo absoluto es por supuesto para Okela, creación del autor. En contadas ocasiones, Santamaría nos ofrece la visión de otros, pero lo normal es verlo todo a través de los ojos del líder espartano. En mi opinión, es el mejor método para que el lector tenga la oportunidad de conocer a fondo al personaje. La pléyade de secundarios ayuda y otorga consistencia al entorno de Okela, pero siempre sin hacerle sombra.

Una combinación de novela histórica y mítica. Esa creo que es la mejor definición de Okela. Espartanos en Cantabria. Una novela amena, absorbente, especialmente para los amantes de lo épico, y que se puede devorar en pocas sentadas. Rigurosa documentalmente al describir las culturas de la época, pero ficticia en todo lo que envuelve al viaje que emprende Okela. Es algo que no deberían olvidar los lectores más rígidos en el plano histórico. El libro, y el mismo autor lo asegura en su epílogo, no pretende crear una teoría, sólo entretener con una historia que, si no fue, al menos lo será en nuestra imaginación.

26 comentarios:

Carlos XII de Suecia dijo...

¿Lacedemonios en Cantabris? Si esto es novela histórica yo soy el conde del Palatinado-Zweibrücken.

Javier Pellicer dijo...

¡Ah, la eterna cuestión! Amigo Carlos, depende de lo que entiendas por novela histórica. Incluso entre los lectores expertos la definición no está muy clara. Algunos consideran que "El nombre de la rosa" es novela histórica, otros que es de intriga. Las líneas del género son más difusas de lo que muchos aseguran.
Yo considero que no hay que rasgarse tanto las vestiduras. Sea estrictamente histórica o no, la ambientación de la obra de Pedro es magnífica y muy fiel a lo que se conoce. Otra cosa es que lo que él narra ocurriera o no. Es ficción, no lo olvidemos. Al menos, parte de un texto clásico (escueto, es cierto), en torno al cuál el autor ha creado una ficción.
Yo te recomendaría que leyeras la novela y luego podemos comentar si es o no estrictamente histórica (que en el fondo no es lo más importante).
Un saludo.

Blanca Miosi dijo...

Tiene una semblanza estupenda la reseña que has hecho, Javier, la mitología con la historia da como resultado una obra de ficción histórica, como algunos denominan a este género, que por lo demás, no importa mucho de qué se la catalogue, sino cómo está escrita, si dices que ya estando en la página 100 no podías soltarla... pues debe ser muy buena!
Felicitaciones a Pedro Santamaría! y ¡Mucho éxito!
La portada tiene unos colores hermosos!
Besos,
Blanca

Anónimo dijo...

Encantado de conocerle, señor conde del Palatinado-Zweibrücken.

Pedro.

Anónimo dijo...

Ah! y muchas gracias, Blanca :). Un fortísimo abrazo.

Ana Vázquez dijo...

¡Qué bien poder escuchar tu historia de las hadas guerreras radiada!

Anónimo dijo...

Lo primero de todo, felicidades a Pedro Santamaría por la publicación.

No obstante y evitando la ironía innecesaria de Carlos XII, la cuestión de fondo es correcta: no hubo presencia laconia en Cantabria.

Por tanto, 'Okela. Espartanos en Cantabria' no pertenece al género de la novela histórica y sí al de la ciencia ficción puesto que la premisa inicial es falsa.

La confusión de Santamaría al leer la 'Geografía' de Estrabón se debe a que no ha consultado su versión original en latín, 'Geographica'.

De haberlo hecho, hubiera notado como Estrabón toma de Asclepíades de Mirlea la descripción espartana haciendo referencia a que uno de los pueblos lusitanos utilizaba el modus vivendi al estilo laconio*, no que hubiera espartanos mismos en Iberia.

Por si fuera poco, los hechos descritos por Estrabón en 'Geographica' (III, 4, 3) son mitológicos al narrar las peripecias de Heracles, hijo de Zeus en la supuesta ciudad de Ocela, de ubicación fija desconocida.

Huelga hablar de la contaminación Portugal-Galicia-Cantabria producida por la confusión de Estrabón tras leer la 'Historia Natural' de Plinio del conventus Bracarum.

*Nota, Trad. Del lat.: "Se dice también que algunos [lusitanos] de los que habitan junto al río Duero llevan un modo de vida al estilo laconio".

Conclusión: La Historia, para los historiadores.

Strategos dijo...

Gracias por la explicación Irlanda, impresionante!! Yo estoy esperando el libro de Pellicer! Para cuandooo?

Noelia LS. dijo...

Guauuu, nada más que añadir a Irlanda, perfecto! Igualmente le deseo la mayor de las suertes a Okela. No sería Ocela? Bss!

Manu_UK74 dijo...

Sigo este blog desde hace meses y por ello tambien quisiera anadir mi opinion. Justamente tengo en mi pequena biblioteca clasica a Estrabon y he de decir que la explicacion de Irlanda es correctisima. Gracias por explicarnoslo tan bien! »Perdon por los fallos ortograficos, pero escribo desde un teclado extranjero.

Anónimo dijo...

Salve, descubre Irlanda. Y gracias. Me encanta el debate. Responderé a tus comentarios por orden.

1. Coincido en que la probabilidad de que los espartanos llegasen a Cantabria es minúscula y así lo dejo reflejado en la nota del autor al final de la novela. Es más, niego rotundamente que tal hecho ocurriera.
2. No soy lector de novela histórica, no me suele gustar. Suelo leer ensayo porque toda novela histórica es ficción y cuando digo toda quiero decir toda. Algunas son más rigurosas que otras, qué duda cabe. Pero es ficción. No pretendo entrar en un debate imposible para definir lo que es novela histórica sencillamente diré lo que yo entiendo como tal: se crea una ficción en un entorno histórico, eso es todo. Lo que pasa es que se tiene la idea de que la novela histórica es una forma divertida de aprender historia y yo, en este sentido, discrepo. Si lo que se pretende es tomar las fuentes y novelarlas, estupendo; pero hay que tener en cuenta que la historia, como la entendían griegos y romanos no era más que una rama de la literatura. Lo mismo me da que leas a Heródoto, a Tucídides o a Polibio, hay bastante ficción en ellas.
3. ¿Confusión? Te adelanto que ninguna. No tengo la suerte de saber latín, pero de todos modos Estrabón era griego y su Geográfica está en griego, no en latín. Es cierto que hay un buen número de traducciones de esta obra al castellano, cada una con su matiz, pero todas vienen a decir lo mismo.
4. Efectivamente, Estrabón habla de Asclepiades de Myrela y “otros” pero no podemos saber lo que decía el tal Asclepíades y esos “otros” porque sus escritos se han perdido. Es cierto, sin duda, que Estrabón afirma “Se dice que algunos de los que habitan en las inmediaciones del río Durio siguen un modo de vida lacónico” (Geográfica III,3,6) cuando habla de los lusitanos y también hago referencia a ello en el epílogo de la novela, no mencionando directamente a este pueblo sino dejando claro que lo que pretende el geógrafo es hacer entender a sus lectores cómo viven aquellos bárbaros.
5. Totalmente de acuerdo, de hecho Estrabón no duda en ofrecer un origen griego a muchas otras ciudades de Iberia. Y diré más, el hecho de que en el mismo párrafo haga una referencia a Antenor deja claro el envoltorio mítico del relato, pues lo más probable es que se refiera a Antenor el troyano. También me refiero a esto en el epílogo. Quiero añadir en este punto que la Esparta de Menéalo no era, ni mucho menos, la Esparta de Leónidas.
6. Todo escrito antiguo está contaminado.
7. Sin duda, no puedo estar más de acuerdo: la historia para los historiadores. Las novelas para los novelistas. O lo que es lo mismo: las churras con las churras y las merinas con las merinas.

Añadiré también que en no pocas ocasiones me he referido a “Okela” como una Eneida a la cántabra, o sea he intentado glosar un mito dándole un aura de realidad como hizo Ovidio con el mito de Eneas, eso es todo. Puedes consultar las entrevistas e incluso el video de la presentación en la página de Facebook que he abierto para la novela. Ahí pretendo dejar claro que todo esto me lo he inventado yo. Eso sí, a parte de lo que es la expedición en sí y las licencias que ello conlleva, he procurado ser escrupuloso con el envoltorio histórico y no sólo según mi criterio, sino por las críticas que he leído (Clio Historia e Historia de Iberia vieja entre otras) lo he logrado con solvencia. No pretendo echarme flores, que eso en España está mal visto, solo quiero que quede claro que no he escrito al tuntún.

Para terminar, agradecer tus comentarios y desearte, si te acercas a la novela, una feliz lectura. Ni que decir tiene que quedo a tu disposición para debatir cualquier cuestión de la misma.

Un fortísimo abrazo.

Pedro.

Anónimo dijo...

Hola Noelia,

Si transcribimos la grafía griega directamente la ciudad sería Okellas. No obstante hay traductores que lo transcriben como Ocellas u Ocela (probablemente al traducir la obra de Estrabón no del griego original sino del latín). De todos modos, parece ser que Ocelum es un toponimo frecuente en Iberia.
Un Saludo.
Pedro.

Javier Pellicer dijo...

Bueno, bueno, qué interesantísimo debate. Creo que precisamente yo soy el menos preparado para entrar en la discusión, pues no tengo conocimientos sobre el asunto en particular tras la novela de Pedro.
Entiendo que el tema es de complicada resolución, me refiero al asunto de si "Okela" es o no novela histórica. ¿Es suficiente para ser considerada como tal que el entorno sea escrupulosamente riguroso como el que ha creado Pedro (hasta donde yo sé)? No sabría decirlo. Tal vez la trama central (el viaje de los espartanos a Cantabria) nunca sucediera (seguramente), pero la ambientación está bien documentada y es fiel a la Historia (repito: hasta donde yo sé, que no es mucho, de aquella época).
La exposición de Irlanda es magistral, y la respuesta de Pedro también. No sé quién tiene razón, pero yo tampoco me atrevería a calificar la novela como "ciencia ficción". Tal vez, Pedro ha creado sin saberlo un subgénero nuevo, la "novela histórico-mitológica".

Sea como sea, os aseguro que "Okela" es una novela magnífica a la que yo le daría una oportunidad. Veréis como no os decepciona.

Javier Pellicer dijo...

Amigo Strategos: Mi novela aparecerá en marzo, si no hay retrasos. Ya iré avisando por el blog. Gracias por interesarte!! :)

Anónimo dijo...

Jeje ... gracias, Javier, por atribuirme la creación de un nuevo genero pero no, no soy pionero. De hecho el primer escrito literario europeo ya se encarga de mezclar mitología e historia: La Iliada. Por otro lado, si la ucronía (como en el caso de Alejando y las Aguilas de Roma de Javier Negrete por poner un ejemplo) es válida como novela histórica, no entiendo muy bien por qué Okela no lo es. Como todo en la vida, antes de valorar si algo es o no es quizá debería buscarse antes una definicíón con la que todos estuviésemos de acuerdo.

Anónimo dijo...

Buenos días Pedro,

1, 2, 5 y 7. - Correcto.

3. - Incorrecto: La traducción actual de la 'Geografía' no procede de su original griega 'Γεωγραφικά', ya que no ha llegado hasta nuestros días.

Sin embargo, sí disponemos de la obra gracias a la labor de los monjes copistas que la tradujeron al latín en el medievo. De ahí que se haga referencia a ella con normalidad como 'Geographica'.

4. Incorrecto: De Asclepíades de Mirlea pueden conseguirse actualmente sus aportaciones a Apolonio de Rodas o su 'Historia de Bitinia'.

6. En principio sí, siempre y cuando no se encuentre una versión clásica de un texto de menor importancia: registros mercantiles, contabilidad de mercado, jurisprudencia, etc.


Cordiales saludos,

Descubre Irlanda
http://descubreirlanda.blogspot.com/

Anónimo dijo...

Salve, Descubre Irlanda. Siempre está bien acotar el debate a cuestiones en las que llegamos a un acuerdo y en las que no. Es la forma más constructiva. Te lo agradezco, pues lo más habitual suele ser irse por las ramas.
3. No entiendo muy bien tu argumento. Geográfica se escribió en griego (Geografía es, como demuestras saber, el término latín) y las transcripciones que han llegado a nuestros días son en griego (no puede ser de otra manera pues de lo contrario serían traducciones al latín, o transcripciones de las traducciones al latín). Vale, no son del puño y letra del gran geógrafo, si a eso te refieres con el original. Pero, estarás de acuerdo en que eso poco importa.

4. De Asclepiades de Mirlea sólo pueden conseguirse referencias a sus obras de escritores posteriores. Nada más. La historia de Bitinia, según tengo entendido, no ha llegado a nosotros.

6. La arqueología o los registros sirven para confirmar o descartar datos suministrados por las principales fuentes. Pero mantengo en mi afirmación: cualquier fuente que no tenga que ver con fardos de trigo o temas muy específicos que no admitan subjetividad alguna (incluido las Notitia Dignitatum del bajo imperio), está “contaminada”, ya sea por las opiniones del propio autor (el mismísimo Estrabón nunca pisó Iberia y tuvo que basarse en otros), por textos a los que se hace referencia o por la actitud moralista de las obras.

Ayer se me quedó en el tintero otra observación: Estrabón, cuando habla de Okellas, no hace referencia a los viajes de Hércules, o al menos esa es mi opinión. Es cierto que el héroe aparece en el mismo texto, pero no hace referencia a lo mismo:

“Dice que se tiene testimonio de que algunos de los que iban con Heracles y de los que partieron de Mesenia se establecieron en Iberia, y que los laconios sometieron parte de Cantabria no sólo lo sostiene, sino también otros” (Traducción de Mª José Meana y Felix Piñero).

Entre otras cosas Antenor, al estar relacionado con la guerra de Troya, es posterior, mitológicamente hablando, a Hércules.

Es un placer debatir contigo.

Un cordial saludo.

Pedro.

Anónimo dijo...

Una novela es una obra de ficción. Una novela histórica es aquella cuya ficción se desarrolla en el pasado. Todo el mundo sabe que jamás existió el capitán Alatriste, y no creo que eso convierta a sus novelas en ciencia ficción.
Yeyo

Anónimo dijo...

Por cierto, decubre Irlanda ... que estaba releyendo los mensajes y digo yo que Estrabón murio antes de que naciese Plinio. ¿Cómo pudo Estrabón leer a Plinio si este aún no había nacido?.

Un saludo.

Pedro.

Anónimo dijo...

Buenos días Pedro,

Seguimos con el debate en vista de que no ha quedado clara la información remitida anteriormente:

*. - Es muy importante que el lector entienda que no hubo presencia espartana en Cantabria.

La puntual cita de Estrabón en 'Geographica' (III, 4, 3) hace referencia al modus vivendi de un pueblo lusitano de Ocela (ubicación desconocida) que, al estilo lacedemonio -símil- basaba su sociedad en la guerra: hecho acorde al tratarse de un pueblo celta.

4. - Incorrecto. De Asclepíades de Mirlea se suman a los textos ya mencionados anteriormente, la 'Periegesis' (Salinas y Gascó, 1994), 'Contra los gramáticos' (Trotta, 1999 y García Moreno, 2001).

Insisto en que sí que existen obras de Mirlea, otro tema es que Ud. las haya visto publicadas.

6. - Incorrecto. 'Geographica' está repleta de pasajes mitológicos. Precisamente, Estrabón bebe de las fuentes de Asclepíades de Mirlea, y éste a su vez, interpreta las andanzas de Odiseo en clave oceánica: Helenos, Anfíloco, Heracles, etc.

**. - Respecto al término "Okellas", es incorrecto pues no sabemos si se refiere al antiguo castro del Valle del Pas. Entre la docena de enclaves que cumplen con esa toponimia, destaca como el posible real Ocel[l]a/Saucelle (Ptolomeo: II, 5, 7).

***. - Es obvio que Estrabón (64 a. C. - 19 d. C.) falleció antes que Plinio Cecilio Segundo (61-113). Ésa es justamente la equivocación de los textos, ya que anteriormente a quedar esclarecidas, se desconocía -y en gran medida se desconoce- la vida de Estrabón (Korais, Kremer).

Anónimo dijo...

Sinceramente, Descubre Irlanda, no sé lo que estás intentado probar o rebatir.

El hecho de que no hubiese presencia espartana en Cantabria es algo que he procurado dejar claro hasta la saciedad, tanto en este foro, como en otros, como en la novela misma, de ahí que lo que he escrito sea novela y no ensayo.

La cita de Estrabón en cuestión (III, 4,3) hace referencia a los cántabros y, sobre eso, dudo que puedas convencer a nadie de lo contrario. La claridad es meridiana y no en mi opinión, sino en la de historiadores de talla como Joaquín González Echegaray. Cuestión diferente es que sea un relato mitológico. Que lo es.

En cuanto a los textos de Asclepiades de Mirela, creo que te equivocas. Ahora, admito que puedo ser yo el que está equivocado. Como no te puedo mostrar algo que creo inexistente te animo a que me pases dónde puedo encontrar algún texto íntegro de él con su referencia. Será la forma más sencilla de probar que estoy equivocado en mi aseveración de que no nos ha llegado nada de él. De todos modos, aunque quedase meridianamente probado que se conserva la obra íntegra de Asclepiades no veo cómo eso cambiaría nada.

Por supuesto que Geográfica tiene muchos pasajes mitológicos ¿Acaso he dicho lo contrario? ¿Qué, exactamente, es lo “incorrecto”?

¿Qué es lo “incorrecto” del término Okellas? Efectivamente, no sabemos nada y creo haber dejado claro que esa, precisamente, es mi opinión ¿Cómo íbamos a saberlo?

Y, efectivamente, es obvio que Estrabón no pudo leer a Plinio, lo que no entiendo es qué te ha llevado a escribir eso.

En resumen: no sé lo que estás intentado decir.

Un Saludo.

Pedro.

Anónimo dijo...

En resumen: Lo que le llevo comentando desde el comienzo.

No es Ud. historiador pero "utiliza" un pasaje clásico a la altura de Josefo, Plutarco, Tertuliano, Agatémero, Pausanias, Ptolomeo o Dionisio el Periegeta (todos ellos desconocidos para su persona) oyendo campanas con Estrabón, desconoce por completo tanto el griego arcaico como el latín y por si fuera poco, utiliza el simplista tópico de los famosos '300' de Frank Miller, que ni fueron 300 en las Termópilas (480 a. C.) ni eran proclives a cumplir las directrices de Delfos, mucho menos de mandar una expedición fuera del Peloponeso.

De nuevo, la misma conclusión: La Historia, para los historiadores.

Carlos XII de Suecia dijo...

No podría haberlo expresado mejor. ¡Fantástico, Irlanda!

Javier Pellicer dijo...

Veamos, yo no me he metido en la discusión porque me parecía apasionante y porque no tengo conocimientos para meterme.
Pero me gustaría que se evitara cualquier tipo de insinuación que pueda interpretarse como un ataque personal a la sapiencia de cualquier otro interlocutor de esta discusión.
En resumen, moderación y buenas maneras, por favor. Discutamos como personas razonables.

Gracias!! :)

Malaka dijo...

Como profesor de Historia, estoy con Irlanda. Basta ya de utilizar la Historia al servicio de una idea remota y errónea. Saludos desde el Sur.

Anónimo dijo...

Señor Irlanda, le recomiendo encarecidamente que se adentre un poco en la historia de los espartanos para que se rebata usted mismo y sin ayuda de nadie la afirmación que insinúa de que el espartano no era un pueblo piadoso. Quizá una rápida lectura de Paul Cartledge le ayude a desterrar esa idea. Quizá, también, si leyese la novela, encontraría un relato de la batalla de las termópilas bastante alejado del "tópico simplista de Frank Miller", aunque imagino que no se rebajará usted a tanto.

Es curioso que reciba tantos aplausos cuando ha sido capaz de defender que la cita en cuestión no se aplica a los cántabros, ha dicho que Estrabón leyó a Plinio, ha dicho que el original de geográfica está en Latín, por citar alguno de sus comentarios. Ha sido incapaz de rebatir un solo argumento con solvencia. Y aún así mantiene su postura. Sea pues.

Insisto: una novela es ficción. El que quiera historia que lea historia.

Lamento no poder decir que haya sido un placer mantener este debate.

Pedro.

Narración radiofónica de mi relato "Como hadas guerreras"